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– Hola, sí… sabés que no puedo bajar las mezclas porque son muy pesadas…

Hablemos con propiedad. En el mundo de la física peso y volumen están relacionados por la densidad. ¿Cuánto pesa más, un kilo de plomo o un kilo de plumas? Algo puede ser voluminoso, y aún así pesar mucho menos que un pequeño objeto (no entraremos en más detalles), pero en el mundo de la informática, los archivos no “pesan”. En todo caso, lo que tiene peso, por ser un objeto del mundo físico, es el soporte en el cual la información ha sido guardada, algún tipo de memoria (pen drive, disco rígido, CD, DVD,  cilindro de cera, o rollo de pianola).

Las 10 cifras numéricas tal cual las conocemos hoy son reemplazadas en el campo digital por solo dos: “cero y uno” (podrían haber sido “pera y manzana”, pero hubiésemos necesitado cajones y cajones). Toda la información almacenada y las instrucciones para operar con ella se reducen a cadenas larguísimas de estados “encendido y apagado” de algún parámetro físico. Eso es lo que ocupa lugar, lo que tiene una extensión, un tamaño (en inglés, “size”).

Una de las revoluciones más importantes ocurridas no hace mucho, en relación al audio (y al video también) es la posibilidad de que esa casi interminable cadena se redujera considerablemente para contener la misma “información”. Son los conocidos formatos MPG, JPG, MP3 y muchos otros menos conocidos. Estos trucos matemáticos nos permiten disfrutar de música y videos en dispositivos con capacidad de almacenamiento limitada (siempre nos resultará limitada, claro), justamente porque su tamaño puede ser de 5 a 15 veces menor que los originales. En muchos casos, la pérdida de calidad es poco perceptible para nuestros sentidos, o lo “perdonamos”, en pos de la reducción de tamaño.

¿Cuánto “pesan” tus archivos? Tanto como tu disco rígido, tu pen drive, o tu teléfono. ¿Qué tamaño tienen..? Tantos kilo, mega o giga bytes… Un (1) byte es un conjunto de 8 caracteres binarios (unos y/o ceros, peras y manzanas, encendidos y apagados), así que… a hacer la cuenta…

En próximas entregas, nos adentraremos más en los formatos (qué son y cómo usarlos) que hacen posible nuestro moderno disfrute multimedia.

Comentarios y consultas son bienvenidas. Mientras tanto,  ¡a sonar!

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